¿Te sientes un poco desanimado y quemado en el trabajo? Es normal tener días malos de vez en cuando. Pero si te sientes desmotivado con regularidad, puede que sea el momento de tomar algunas medidas proactivas para aumentar tu motivación. Aquí tienes algunas cosas que puedes probar.
Desarrollar una actitud positiva
Una mentalidad positiva puede ayudarte a sentirte más motivado e incluso a ser más productivo. Intenta llevar un diario de agradecimientos, practicar la atención plena y dejar ir lo que no puedes controlar para cambiar tu perspectiva. Te costará trabajo, pero si conviertes estos pasos en un hábito, notarás que tu actitud empieza a mejorar con el tiempo.
Defina su propósito
Es más fácil mantener la motivación cuando sientes que estás trabajando en algo más grande que tú mismo. También tienes que entender cómo encaja tu trabajo en el conjunto. Si tienes problemas para ver el propósito de tu trabajo, pide ayuda a tu supervisor.
Establecer objetivos medibles y alcanzables
Si te sientes abrumado por todo lo que tienes que hacer, es fácil que pierdas la motivación. Ponte al día con tus proyectos fijándote objetivos alcanzables cada día. Asegúrate de que son medibles y date una pequeña recompensa cuando completes cada uno. Es más fácil mantener la motivación si sabes lo que tienes que hacer y al final te espera algo.
Manténgase sano y con energía
La motivación es difícil cuando tienes hambre, estás cansado, deshidratado o simplemente no te encuentras bien. Dé prioridad a su salud. Asegúrate de dormir lo suficiente y hacer ejercicio con regularidad. Bebe mucha agua, no te saltes ninguna comida y toma un tentempié saludable cuando empieces a perder energía.
Tómese descansos divertidos
Cada 30 minutos o una hora, levántate y estírate. Así evitarás que tu cuerpo se agarrote y le darás a tu cerebro un momento para relajarse. Pero cuando trabajas en un proyecto duro, también es importante que hagas pausas regulares para divertirte. Si tienes la suerte de contar con hockey de mesa o videojuegos, ¡genial! Pero si no, puedes divertirte tú mismo. Da un paseo de escucha, en el que intentes identificar todos los sonidos que te rodean. O charlar con un compañero de trabajo sobre algo que salió anoche en la tele. No importa lo que hagas exactamente, siempre que te resulte divertido y relajante.